Hoy tuve mi primera clase en la Goethe de Corrientes. Imaginaba que los otros aspirantes inspirados por el alemán serían secretarias cincuentonas, y filonazis. No es que haya llegado hasta ahí seducida por mis prejuicios; sí puede que de puro seducida.
Llegué temprano. En el aula había un muchachote que parecía salido de Elephant, vestido de negro, con un mitón de cuero y tachas que no se quitó en ningún momento de la hora y media en que jugamos a hacernos preguntas de perfil en deutsche. Después llegó un señor alto, canoso y cordobés. Una descripción que podría responder al ideal del hombre buenmozo según la tía de mi amiga del alma; pero también a la del hijo de un jerarca refugiado en el bucólico paisaje serrano.
Por lo demás: una niñita con aparatos que creo haber visto antes en versión animada, como la niñera boba del bebé de Los Increibles; la secretaria cincuentona, que declara hablar español, italiano e inglés, si bien es cierto que aún no confirmé su profesión; un hombre de negocios; y mucho freakie y nerd.
Lo que más me llamó la atención fue que varios de mis compañeros tenían camisas y corbatas verdes. Pensé que se trataba de empleados de alguna compañía con uno de esos convenios especiales para su personal de planta. Pensé en verde. Y no sigo. Si hubiera pensado en los cieguitos, quién sabe subida a qué Falcon estaría viajando aún mi paranoia...
Types Of Herons
Hace 1 año
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