miércoles, 11 de marzo de 2009

Marchando por un sueño

Y ahora, encima, Tinelli. El pobre Tinelli. Le dijo a Rial que los delincuentes están todos libres, y él tiene que vivir "encerrado entre las rejas".
Susana, Moria, Cacho, Sandro, Carlín, el Facha, Spinetta (!), Piazza, Guillote. Marcelo, con su ojo para el showbizz, vislumbró la taquilla de semejante cartelera y no quiso quedar afuera de la producción.
Enterado, el ministro se calzó los patines y se deslizó hasta donde lo dejó llegar la custodia del conductor televisivo. A través de las rejas, no pudo sino garantizarle al aficionado maratonista seguridad en su nuevo desafío: marchar junto a una interminable lista de famosos, extras y otros "luchadores" de los derechos humanos hasta la Plaza de Mayo.
Ante las luces de las cámaras, un Tinelli de cabeza rapada, tatuajes, y quizá aún con muletas tras la reciente intervención quirúrgica que se le practicó en los meniscos podría decir: "Muy buenas noches, América; yo tengo un sueño..."
La Plaza se vendrá abajo: según lo acordado con el ministro, caerán papelitos hasta del balcón presidencial, una fila de vedettes y modelos desfilaran llevando la bandera, que se arriará para liberar el mástil, donde Nazarena -que prometió bajar cinco kilos si tiene un lugar destacado en el cartel- hará su performance de caño mientras cinco enanos y un stripper musculoso le acercan la pileta del acquadance.
Un fabuloso e impensado comienzo de temporada, en un año que parecía inexorablemente signado por la crisis. Porque, a pesar de todo, el show debe continuar.

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