jueves, 19 de febrero de 2009

Linda, flaca y rica, ¡pero infeliz!

Me pregunto si lo de Linda Peretz no será una estrategia. Lo de seguir casada con Rotemberg, para que tenga sentido que su obra siga en cartel. Después de todo, quién podría ser feliz en su lugar. Debe haber pocos casados felices (son muchos más los felizmente casados). Sin contar lo difícil que debe ser llamarse Linda con esa carita pal feizbuc. Ahora, lo que es el marido, no será lindo, pero sí que tiene lana, güey.
Yo no sé si el dinero hace a la felicidad. Pero se ve que Linda tampoco.

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