martes, 9 de febrero de 2010

El mito ofeliano

"En las aguas profundas que acunan las estrellas, blanca y cándida,
Ofelia flota como un gran lirio,
flota tan lentamente,
recostada en sus velos..."
(Rimbaud)

En las tardes del Delta, el tiempo queda suspendido como las hojas del sauce. Quieto y eléctrico, no se detiene inerte: cada instante contiene su pequeño Aleph. La mar de vida, la ría. Es una energía densa y potente. Agazapada como el perro que espera la creciente. Esperando crecer.

*   *   *

Una de las perras de Vagalumi se llama Ofelia y lleva la cabeza de lado, en un gesto siempre triste y comprador. La otra pobre se llama Shakira y es ágil como la colombiana. La otra tarde, cuando vió salir la lancha del casero, se tiró al río y nadó más de cien metros. Salió resignada por la playita cuando comprendió que era irremediable, que se alejaba. Después se sacudió y siguió con sus rutinas.

Ofelia, en cambio, con fidelidad canina, quedó en el muelle, a la espera. No se movió de ahí hasta no verlo volver.

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