jueves, 25 de junio de 2009

Neverland

"Con un poco de polvillo de estrellas de Campanita, el barco flotó en el aire y navegó por el cielo nocturno de regreso a Nunca Jamás. Miré con atención. Sabía que había visto ese barco antes...hacía mucho tiempo, cuando yo también era una niña"


Estaba viendo la CNN, con una copa de vino blanco y unos quesos. Los jueves por la noche siempre tengo un rato para estar a solas y no puedo negar que lo disfruto.
Hoy fue un día raro. Para mí, tan retro, es como si hubiera vuelto a perder buena parte de mi niñez.
Se fue la mujer a la que soñaba con parecerme aún cuando lo más lógico para una niña morocha y rechoncha hubiera sido tomar por modelo a Sabrina. Pero claro que aquellos rulos rubios, la sonrisa perfecta y el bronceado eterno de esa Marilyn de los setenta que fue Farrah Fawcett eran mucho más inspiradores que el lacio serio de Kate Jackson.
Una vez más, como dice Pancho Ibáñez, "todo tiene que ver con todo": el mismo día en que la precursora de Baywatch dejaba este mundo sin poder decirle al amor de su vida, otro Jackson, no ya un ángel, sino el mismísimo Rey del Pop, seguía su propia certain call.
Y entonces Michael Jackson partió por fin hacia la Tierra de Nunca Jamás, donde nadie nunca tenía que crecer. Quién sabe, ya en el aire se cruzó con una inesperada Campanita y le pidió que volara con él...



miércoles, 24 de junio de 2009

Independence day

El 9 de julio mi block cumple un año. No debe ser casual eso de que el aniversario coincida con el día de la independencia.

Porque yo soy una chica independiente... ¡todavía tengo mi coche!




Quien quiera oir...¡que no se canse!


Lo que recuerdo es apenas una imagen recortada y difusa. Recuerdo sólo porque me lo conté muchas veces. No sé si es mi historia, la que inventé, o la que otros inventaron para ellos y, sin quererlo, también para mí.

Yo sentía que las mujeres éramos algo así como guardianas de la memoria de nuestras parejas. Quizá porque una de las cosas que más me gustan es volver a contar mis historias de amor como si fueran páginas de alguna novela corta de Kundera: sufridas, intensas, apasionadas e inciertas; con personajes tan inseguros como puedo ser yo misma a veces.

Los hombres me han escuchado primero con ternura y luego con humor. Hacia el final de las relaciones comienzan a pedir que ya no les lea en voz alta, que ya no les vuelva a contar aquella historia -que además es falsa. Yo sé que es el final porque del otro me queda ya solamente aquella historia que ahora que él se resiste a oir -empiezo a sospechar- ¡es inventada!

Y entonces, una mañana los miro y descubro que ya no se parecen casi en nada al héroe de mi novela. Y así, sin más, me compro un cuaderno y empiezo a borronear un cuento más sufrido, más intenso, más apasionado. Y salgo en busca de un nuevo héroe que me quiera oir.

domingo, 21 de junio de 2009

Un libro

Prendí la calefacción y me hice un tecito de vainilla. Pese al raid de shopping, al chat, la tele, la música y la pila de revistas, su ausencia está aquí como siempre. O más, claro, porque hoy era nuestro día. Ya sé que duelen más los cumpleaños. O que durante toda la semana me convencí de que era así. Pero ayer en la librería encontré el regalo perfecto y me puse a llorar como una pelotuda. Como una pobre huerfanita.
Era un libro de Márai, el último autor que lo conmovió. Compramos dos: uno para mí, para él; el otro para el padre de mi hijo.
Esta semana estuve pensando en las cosas buenas que a veces tiene el destino. Porque puede que no hayamos funcionado bien como pareja casi nunca, digo, el padre de mi niño y yo. Pero qué orgullosa estoy, above all, de que tengamos que transitar hasta que la muerte nos separe la paternidat. Porque algo de seguro hicimos bien. Y porque algo del destino por una vez no fue tan desatinado si trajo a este tipo desde tan lejos para convencerme de que un hijo nuestro sería maravilloso. Porque vaya que lo es.
Por eso, hoy, cuando bajé con mi retoñito de la mano, y los vi abrazarse, le agradecí y me hizo casi tanto bien como esta taza de té de vainilla darle ese libro que hubiera sido para mi viejo.

miércoles, 17 de junio de 2009

Chau a todos

¿Ya se habrán muerto también Revoira Lynch y la Milagritos? Yo no sé cuánto tardan en apagarse todas las voces de un esquizo, tampoco si necesariamente se van con él. Ah, pero Alejandro Doria sí. Acaso fuera otro de sus personajes.

lunes, 15 de junio de 2009

Curiosidades del régimen

El mito no cesa. Desde hoy, Fidel Castro es también el hombre que sobrevivió a su historiador. Aunque haya cambiado el traje de fajina por esa horrible joggineta Adidas del seleccionado cubano.

sábado, 6 de junio de 2009

Comer y pasarla bien

Gato, ¿se nace o se hace? Milena no se lo preguntó. No tuvo tiempo. A los 14 ya bailaba desnuda -completamente desnuda - sobre un parlante de un boliche de Merlo. A los 18 empezó su carrera en el cine porno.
Ahora tiene 30 y lleva más de 200 películas. Desde hace 4 atiende a domicilio con su director-cámara-en-mano para que los clientes filmen con ella sus propias porno.
Tiene una hija de 10 y dice que en la puerta del colegio las otras madres le piden autógrafos y consejos. "A mí me sale bien porque me gusta. No es por otra cosa", les repite. Y además le pagan, claro. 5000 por peli.
¿Más números? En 2005, batió el récord latino de gang bang: atendió a 25 debutantes ante 4 cámaras durante 4 horas. ¿Más? Se la bancó 90 minutos con los 24 cm de Rocco Siffredi, porno star tano que deja literalmente desmayadas a todas las demás. (Me permití un homenaje).
Yo a Milena la banco. Hay algo muy feminista en el hecho de vender lo mismo que otras damos gratis (qué parecido a damas gratis, ja). Y mucho más en el de contarlo así nomás, sin la cara pixelada, ni tan linda, ni tan flaca, ni tan elocuente. Apenas tan