miércoles, 16 de abril de 2014

Como sea

La certeza de que la felicidad, si existe, es un puntito pequeño en el pasado. Quizá aquel mismo punto en el que convergían todos los puntos, quizá áquel Aleph. Como sea, ya no es una posibilidad.
Como sea, te equivocaste. Donde tenías que doblar a la izquierda, lo hiciste a la derecha y ahora tu vida está en otro lugar, esa otra vida feliz ahora es de otro. De un otro más sabio o más libre, seguramente ambas.
Como sea, ya no es tu vida. Ni siquiera sabés cómo era. No sabés quién eras. Perdiste hasta eso.

Círculo caprichoso

Encapricharse, de vez en cuando. Cerrar los puños y patalear en el piso, pegando grititos. Si es inevitable, llorar. Y hacer puchero y muecas y, claro, cara de capricho. O de berrinche. De berretín.
De ganas y de impotencia. Y de bronca, porque el encaprichado ya sabe de antemano que no tendrá lo que quiere y que si se lo dan, nunca estará del todo seguro. Entonces, encapricharse de nuevo, de vez en cuando. Y así.

lunes, 7 de abril de 2014

Paralítica

La patada que se dan los chiquitos en el colegio, la que los deja en el piso y en un grito. Esa misma pero en el centro del estómago. Así es el miedo. Miedo de no poder. Miedo de poder. Miedo de un todo difuso y por lo mismo más aterrador. Miedo. Y frío. Y dolor punzante. Y los ojos fijos y la cabeza llena de ruido y tan vacía. La cabeza como caja de resonancia. Y en lugar de pensamientos, sólo el eco. 
No, no es casual que digan que el miedo paraliza. No es casual, porque el miedo es una paralítica bien dada, en el patio del colegio y a todo dolor.

The mean reds

Holly Golightly: You know those days when you get the mean reds?

Paul Varjak: The mean reds, you mean like the blues?

Holly Golightly: No. The blues are because you're getting fat and maybe it's been raining too long, you're just sad that's all. The mean reds are horrible. Suddenly you're afraid and you don't know what you're afraid of. Do you ever get that feeling?

Paul Varjak: Sure.

Holly Golightly: Well, when I get it the only thing that does any good is to jump in a cab and go to Tiffany's. Calms me down right away. The quietness and the proud look of it; nothing very bad could happen to you there. If I could find a real-life place that'd make me feel like Tiffany's, then - then I'd buy some furniture and give the cat a name!