miércoles, 2 de septiembre de 2009

Traducción

A veces pienso que todo es un error de traducción, que es hablando cuando no nos entendemos. Como si cada uno manejara un idioma diferente -único-, sólo franqueable con (algunos) gestos.
Casi nunca entiendo bien el tono de los mensajes de texto. No me llevo bien con la frialdad del mail. Ni siquiera me siento a gusto hablando por teléfono. Corto invariablemente las comunicaciones antes de que mi interlocutor haya dicho adiós, cuando no me distraigo con otra cosa y simplemente me pierdo una parte del final.
Papá lo llamaba "hacer una abstracción". El lo hacía también cuando iba manejando, o cuando se aburría en las sobremesas. Pensaba en otra cosa, se perdía en un mundo que yo siempre imaginé infinito y mucho más entretenido que la vida real. Y eso que él sí sabía disfrutar de las cosas, mi padre.
Yo, en cambio, no tengo siquiera un mundo privado que me interese tanto. Pero me cuesta estar demasiado atenta a lo que pasa de verdad. Apenas me pierdo imaginando el suyo, ese que ya no hace falta traducir.

No hay comentarios: