El 1 de enero, apenas después del brindis, quemamos nuestros deseos para el 2009 en las brasas sobre las que aún se cocinaba mi (sucu)lento asadito. Hermoso como siempre, me preguntó si podía pedir que su abuelo "volviera a ser real". Le expliqué que era imposible, pero que estaba segura de que él nos miraba desde su estrellita. Entonces, con cara de entender y la birome en la mano, me preguntó: "Mamá, telescopio se escribe con ese o con zeta?"
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