lunes, 11 de marzo de 2013

Perfectos desconocidos

Me río mucho más de lo que no se dice. Y, ahí sí, casi siempre me pongo colorada.
Prefiero no adivinar del todo a las personas. Quizá porque no descarto que el juego que no veo pueda ser pocker de ases; porque lo que quiero es que me ganen.
Adoro la potencialidad de perfección de lo desconocido.

Otra vez, del lado oscuro de la luna

Pensé que si vuelvo a escribir quizá me cure. Se trata de llenar los tiempos muertos con palabras, de pensar en las palabras para no perderme.
Vivir en un laberinto oscuro con descansos luminosos, vaya trampa. Porque hay luz, una se aferra y sigue dando vueltas para encontrarse una y otra vez frente a la propia sombra. Y es una sombra que ni siquiera reconoce, de tanto andar en la oscuridad.

Loneliness

A veces cierro los ojos y me concentro en soñarlo. Ahora que ya no lo espero, ahora que sé que no será su voz al levantar el teléfono, ahora que empieza a costarme recordar como le explotaba la risa en la boca es cuando más lo extraño. Yo pensaba que el tiempo iba a ir cambiando las cosas. Pero, la verdat,  lo único cierto es que ya me acostumbré a su ausencia.

Un dolor resignado no es por eso menos demoledor.