Estamos las dos sentadas en un café inmaculado, ensaladitas de por medio y brindando con coca. Sabemos lo que vamos a decir antes de empezar a hablar. Es la misma imagen de siempre, de cuando compartíamos el banco y los juegos, en segundo grado; o las fiestas y los chicos, en la secundaria. La misma de los duelos y los logros compartidos.
Hablamos de cosas serias, pero nos interrumpimos para preguntarnos de dónde es la camisa que tenemos puesta. Y nos reímos, y seguimos charlando relajadas de lo que más nos estresa. Y nos hacemos bien y, cuando nos vamos, nos sentimos más contentas, más livianas, más seguras. Y nos elegimos otra vez, como siempre, como sólo pueden hacerlo dos amigas de toda la vida.
Types Of Herons
Hace 1 año